Más adelante, en 1910, la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas declaró en Copenhague (Dinamarca) el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, por propuesta de Clara Zetkin, con la intención de promover la igualdad de derechos (entre ellos el sufragio femenino) y con el respaldo unánime por parte de las más de 100 mujeres que acudieron a la conferencia. Pero a pesar de la declaración de esta festividad el trabajo de la mujer aún se subestimaba.
Al desatarse la Gran Guerra en 1914, el papel de la mujer en el trabajo ganó importancia. Al encontrarse los hombres en las trincheras fueron las mujeres las que tuvieron que hacerse cargo de mantener a sus familias. Al final de la guerra, en 1918, gran parte de la población masculina había sufrido bajas y, los que regresaban a casa después de cuatro años infernales en el frente, en ocasiones volvían sufriendo daños psicológicos graves. Esto causó que las mujeres siguieran trabajando y que la puerta al mundo laboral no se cerrase.
Fuente imagen: http://www.profedesociales.com/enlaces/materias/cuarto_eso/cinco_imperialismo/mujer_gran_guerra.html |